jueves, 17 de abril de 2008

Atención estación en curva: Reflexiones en el metro

Hace mucho que no escribo, y es que la vida en Madrid me deja poco tiempo. No por el curro, sino más bien porque nací cansado. Total, que hace ya varias semanas que quería escribir de otra subespecie de Homo Suburbanus, o lo que es lo mismo, usuario del Metro de Madrid. A esta subespecie he decidido bautizarla como Los Generosos. En el Metro es normal viajar sólo. Vas al trabajo, y Madrid es lo suficientemente grande como para que tus compañeros vivan en la otra punta, así que mucha gente confía en el transporte público. Es por tanto un sitio donde la gente dormita o lee, y es relativamente silencioso (so obvias el ruido del propio Metro, claro). Esta subespecie se ve amenazada por el silencio, por lo que, en cuanto suben al metro, sacan su móvil de última generación con reproductor MP3 y lo ponen a toda ostia. Se genera así una incómoda sensación de niñato malcriado, y los demás usuarios se empiezan a mirar de refilón con cara de "Si alguien se anima le parto la cara y le meto el móvil en lo más profundo de su ser".
El problema viene cuando se encuentran dos Generosos en el mismo vagón y se monta una pequeña competición por ver cual de los dos es capaz de poner el puto reaggeton más alto. Pa mear y no echar gota oye.

2 comentarios:

Di dijo...

jajaja! a mi me hace mucha gracia usar el ave, para mí que fumigan los vagones con algún somnifero, o tiene uno de esos ambientadores que escupen cada cierto tiempo cloroformo, porque sea la hora que sea, la gente está con la babilla colgando, yo desde que sé que existen los móviles de última generación y el youtube no pego ojo por si acaso! Saludos!!

Ángel dijo...

Hay cosas peores, pero no son muchas. Hay 'Generosos' de la conversación por móvil (en los pocos lugares donde hay cobertura) del tipo "Pepe m'ancuentro en el metro y tengo cobertura, jeje."

Si gritan más, les oirán mejor.