Madrid Vs Mandingo (Dia 2)

Sábado:
Hora Zulú: 10am
Me despierto, mis neuronas me piden por favor que vuelva a cerrar los ojos, que no merece la pena. Las hago caso un rato
Hora Zulú: 11am
Me vuelvo a despertar y mis neuronas, cabreadas, se empiezan a golpear con martillos unas a otras, generándome un dolor de cabeza de lo más sano. Me levanto, y me ducho. Cuando salgo de la ducha me encuentro con Alberto y Raquel, el compañero de piso de Fer y su novia, me presento, y me preguntan que qué pasaba anoche, que oyeron voces.
Les cuento la historia del vecino, del timbre, y les digo que por favor no anden con tacones. "Aquí nadie usa tacones..." "Eso deberíais decírselo al vecino de abajo" "No me digas que es el vecino de abajo el que subió, pero si el muy cabrón planta maría en el balcón en cuanto llega el verano... ni puto caso"
A las 11.30 más o menos me asomo a la habitación de Fer, y le despierto. Ala, preparate gañan. El resto de la mañana se fue entre hacer la compra, y rellenar todas las lagunas de memoría de Fer. Le debió de sentar algo mal en la cena, o algo. Pedazo de resaca, mi cabeza a a estallar.
Preparo la comida (macarrones con tomate, no me apetecía cocinar demasiado), comemos y echamos la siesta.
Me despierto a las 5.30 y voy a llamar a Fer por si quería ver la exposición de Tintoretto. "5 minutos más" Ahí comprendí que la tarde estaba perdida... Cuando se levanta jugamos unas cartas mientras vemos la manifestación por las víctimas del 11-M. Preparamos la cena (más bien, preparo), y cenamos, a la espera de que empiece el Barcelona R. Madrid, que venían a verlo Raquel y Alberto.
Aparece la parejita, y se sientan a ver el partido con nosotros. Alberto nos pregunta que si nos gusta fumar en pipa de agua, y bueno, pues nos hacemos una, que para eso a él le habían regalado un narghile la semana pasada. Abrimos la primera botella de vino, un Yllera del año 2002, un vino riquísimo de Valladolid. Raquel y Alberto pasaron del venga, sólo un poquito para probarlo al echame más. Esta botella cae, toca abrir un Lambrusco. Tampoco dura mucho el Lambrusco, echamos mano de las cervezas, que mueren antes del descanso del partido. Así que Fer saca la artillería, el Brugal. Alberto prepara otra pipa. Cubata va, cubata viene, el partido, yo qué se, sólo le hacíamos caso en los goles. Otra pipa de agua. Incluyo una foto de cómo quedó la mesa del comedor al final del partido. El partido acabó hace rato, y son las 2 de la mañana, Raquel se va a la cama, el domingo curra, y Alberto no tardó en seguirla. Fer y yo estuvimos otro rato más de palique, y nos metimos en la cama a las 3. Hicimos menos ruido, y no tuve que enfrentarme nuevamente al vecino iracundo. Mañana iremos a ver la exposición de Tintoretto
Fin Día 2